Colección: Naturaleza Muerta

Esta serie reúne una selección de bodegones donde los objetos se convierten en protagonistas silenciosos. Lejos de seguir el canon clásico, estas obras exploran el potencial expresivo de lo cotidiano desde una mirada íntima y deliberadamente no idealizada. Aquí, la composición no es solo una cuestión formal: es un modo de construir sentido.

Algunas piezas nacen de la observación directa, otras de referencias fotográficas, pero todas comparten una voluntad de fijar lo efímero, de dar peso a lo que normalmente pasa inadvertido. El objeto —una bota, una rama, una botella vacía— no está al servicio de la decoración, sino de una atmósfera. Lo que interesa no es solo su forma, sino el eco que produce al situarse en escena.

Estos cuadros hablan en voz baja. Dicen algo sobre el tiempo, la materia, la resistencia. Cada elección —el soporte, la luz, el gesto pictórico— está pensada para sostener esa tensión entre lo simple y lo significativo. Pintar estos objetos es, también, una forma de prestar atención.